Hay una equivocación muy usual que tiene la gente que piensa en literatura: creen que no sirve consumir series o películas. Esto es completamente incorrecto. (Incluso si ven The Office por vez número mil para salvar su espíritu, sirve de algo que lo hagan.) Pero desde un punto de vista narrativo, si dejamos de lado el concepto de hacernos bien al alma, mirar películas y series puede enseñarnos muchísimo sobre narración. Es más, es quizás la forma más accesible de que analicen el tratamiento de los personajes.
No estoy pudiendo leer mucho, así que me dediqué a ver películas desde que empezó la semana. Entre ellas elegí The Holiday, que no veía desde hacía años. Y, a pesar de que Jude Law es uno de los mayores motivos por los cuales esta película me parece digna de ser revisitada, descubrí que es una excelente muestra de cómo un golpe alma puede expandirse hasta todos los rincones de una persona, haciendo que de ella solo queden pedazos.
Hoy les quiero hablar de esto, y también quiero contarles cómo pueden convertirse en espectadores activos, incluso si lo que tienen enfrente es algo que vieron cien veces. La narración está en todos lados. Para saber escribir, solo es necesario saber mirar. Bienvenidos.