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Sobre posicionarse en tiempos de crisis y hacerte un lugar en el mercado
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Hace ya algunos meses que uso los extractos gratuitos de la sección paga para dejarles algunas herramientas que considero interesantes para aquellos que quieran tener sus newsletters en Substack y hacerlos crecer. Hoy no es la excepción.
Mi país está angustiado, desesperanzado pero sobre todo asombrado. La grieta parece haberse cerrado por un rato porque a muchos nos une lo mismo: ¿cómo puede ser que el treinta por ciento del país haya votado por alguien que propone abiertamente cosas tan aberrantes como ridículas? No me interesa usar este espacio para hacer que otros reflexionen políticamente a partir de opiniones precisas e inteligentes. Hace más de cuatro años que no vivo en el país y sé que estoy bastante desconectada de algunos matices de la realidad. Incluso si me informo leyendo, no puedo sentir en el cuerpo lo que sienten aquellos que todavía viven en Argentina, esos mismos que tienen el derecho y la obligación de decidir por su futuro. Pero tengo una plataforma, y en este espacio concreto suelo hablar sobre cómo usarla, y no me sentiría bien si no dijera aunque sea algunas cosas que creo hay que decir sobre la manera de posicionarse en estas oportunidades. Quiero aclarar que son opiniones personales, y que la clasificación que hago a continuación es superficial y seguramente algunas cuentas o creadores no entren del todo en ninguna. Para evitar repeticiones, imaginen que todo lo que sigue tienen un “para mí” o “en mi opinión” implicito.
¿Tengo que mostrar mi postura en plataformas digitales después de la elección del domingo? Si la respuesta es sí, ¿cómo lo hago?
Si solo tenés cuentas personales en redes sociales. Si tu uso de las plataformas digitales es meramente personal, tenés cuentas privadas o abiertas pero con pocos seguidores, solés compartir solo fotos de tus viajes o tus amigos, entonces no, no creo que estés en la obligación de mostrar qué pensás después de un momento tan crítico como la elección del domingo. Si creés que puede servir de algo hacerlo, entonces podés ejercer tu derecho, pero fuera de eso no creo que mostrar tu postura en redes sea diferente a hacerlo en una cena con amigos o familia.
Si tenés una cuenta personal que no te trae beneficios económicos pero tu audiencia está construida mayormente por desconocidos. Supongamos que tenés un newsletter donde hablás de tu vida, o una cuenta donde mostrás tu día a día. Quizás no puedas evitar escribir o hablar sobre esto porque te convoca. En este caso, ojalá lo hagas con responsabilidad, siendo consciente de que en este momento todos los mensajes que vienen de personas con autoridad (y quizás tus seguidores te ven así) son claves. Por lo demás, la línea es bastante fina. ¿Qué cosas mostrás? ¿Hasta donde las mostrás? ¿Estás de alguna manera ayudando a perpetuar una imagen que puede llegar a influenciar a las personas que hoy en día eligen votar por un candidato extremo? Las redes sociales están inundadas de contenido aspiracional que muestra vidas perfectas y te inspira a construir la tuya, prometiéndote que podés lograrlo si tan solo manipulás las circunstancias. Si esta es una de tus cuentas, lo más probable es que te sigan personas insatisfechas, convencidas de que hay una felicidad allá afuera a la que ellas todavía no pudieron acceder. Esta insatisfacción a veces se transforma en cosas inofensivas como un cambio de look que tapa por un rato el vacío y otras veces muta en una creencia absoluta de que un candidato puede curar sus penas. Personalmente yo creo que estas son las personas que más tienen que decir algo. Son las únicas capaces de romper una burbuja y decirle al que está afuera que su vacío también existe, que no sirve de nada dinamitar un país porque eso que sueñan no existe realmente. Si no estás sacando un beneficio económico entonces no tenés nada que perder más que tu propia reputación, y creo que esta debería importar menos que una crisis social como la que evidentemente tenemos. También pienso que estas son las primeras personas en optar por el silencio, o incluso apoyar estos candidatos extremistas, porque decir la verdad (o sea, que el mundo está podrido y que la felicidad no se puede solo construir con voluntad) rompe con su imagen, sus creencias y su estilo de vida. No creo que nadie que sea parte de este sistema de esta forma consciente esté entre mis suscriptores pero bueno, uno nunca sabe.
Si tenés cuentas públicas donde le hablás a un conjunto de personas, en su mayoría desconocidas, para mostrar un contenido que no se ve interpelado por esta elección. Me cuesta pensar en un tipo de contenido que no se vea en lo absoluto interpelado por lo que pasa en este momento en el país pero supongamos que tenés una cuenta de Instagram donde das consejos sobre cómo cuidar plantas de interior, sin tomar canjes ni vender productos. Sí, podrías hacer una relación directa entre tu contenido y el contexto político para transmitir un mensaje si así lo sintieras, pero no creo que tengas la obligación moral de usar tu plataforma para educar o convencer a nadie. Tendrás más llegada a otras personas, pero quizás eso trae también más exposición y no querés o podés enfrentarte a los comentarios de las personas que pueden estar en contra de lo que decís. Hay mucho odio dando vueltas y los desconocidos no tienen problemas en soltar su bronca sobre gente que piensa distinto. Creo que, obviamente, si sentís que está en tu poder decir algo y creés que podés bancarte lo que se viene, tenés derecho a posicionarte, pero a la vez al no ser una persona que se beneficia profesional o económicamente de tu plataforma, y al no perpetuar indirectamente ideas que dan como resultado panoramas como el actual, no estás en obligación de hacerlo.
Si tus cuentas son tu fuente de trabajo. Una vez más, la respuesta es compleja. Si te estás beneficiando económicamente de vender una vida perfecta como expresé anteriormente, pienso que no solo deberías posicionarte una vez sino que deberías replantearte todo tu contenido. Pero quizás vos sos dentista, o tenés un emprendimiento de hamburguesas. ¿Tenés que posicionarte? No sé, creo que no. Obviamente, una vez más, tenés derecho a hacerlo, pero las cosas no están como para que la gente pierda su fuente de trabajo. La gente que piensa distinto a vos sigue teniendo derecho a que le arreglen las caries y comer hamburguesas y no van a cambiar su voto solo porque su dentista o su hamburguesería subió una historia interesante a Instagram. Quizás las cosas ya están lo suficientemente complicadas para vos como para que pongas en riesgo tu trabajo a cambio de un gran gesto de poco impacto. En ese caso, me parecería más lógico que hagas militancia con tu gente inmediata, en la vida real. Si, por el contrario, ofrecés un servicio que de alguna manera se ve atravesado por tu ideología (sos psicólogo o tenés talleres como los míos) creo que es mejor para vos que digas algo y, de esa manera, saques la basura. Yo no puedo tener alumnos que odian a las mujeres o buscan crecer económicamente a costa de otros, entonces es hasta inteligente para mi negocio que yo me asegure de antemano que nadie se lleve decepciones cuando elija aprender conmigo.
Si querés decir algo, pero no sabés qué. Lo mejor que podés hacer es compartir las palabras de alguien que esté más informado que vos. Si podés, priorizá pensar en el otro y no en vos mismo. Yo podría decir que lo peor que puede pasar es que en Argentina se pierda el derecho al aborto seguro, libre y gratuito, o que el dólar se dispare y yo pierda alumnos, pero eso es mirar mi propio ombligo. La gente que más puede sentir las consecuencias de lo que sea que pase en octubre es la gente que viene pasando hambre hace años. Es la misma gente que no llega ni siquiera a la escuela secundaria, mucho menos a la universidad. Es la gente que no puede pagar mis talleres porque ni siquiera tiene acceso a agua corriente. Si vas a decir algo, intentá pensar en la gente que está peor que vos. Estamos donde estamos porque todos estamos cuidando nuestro propio terreno ganado, pensando cómo conquistar el siguiente. No se va a salir de esta si esta postura no cambia.
Ojalá nada de todo lo que dije acá se tome como una guía a seguir al pie de la letra. No sé realmente cómo se supone que tenemos que actuar, estoy igual de perdida que todos ustedes. Pero creo que la industria de la que formo parte y las redes a través de las cuales esta crece tiene mucho que ver con la alienación de algunas partes de la sociedad. Si seguimos escribiendo cuentitos lindos para abstraernos de lo que pasa, la realidad va a volverse incluso más aberrante. Si seguimos mostrando las vidas increíbles que tenemos en el exterior sin dar cuenta de los privilegios estructurales que nos permitieron llegar adonde estamos, vamos a seguir inyectando insatisfacción y resentimiento en las personas que comparten nuestros sueños pero carecen de esas estructuras. Si insistimos en que nuestra realidad es fruto de nuestro esfuerzo y optimismo e invitamos a otros a cambiar sus vidas a fuerza de voluntad y ganas, entonces somos igual de mentirosos que los políticos que decimos odiar.
A continuación, la pregunta anónima de agosto:
Siento que hay mucho newsletter dando vueltas. Ahora todos tienen uno. Y me encanta pero me saca un poco las ganas de abrir uno yo. Ya sé que puedo escribir sobre mí y todo eso pero no es un mercado saturado?