And there's a hand, my trusty fiere!
Este newsletter se lee escuchando esta canción.
Hola, mis amigos de confianza. No, no es el último viernes del mes, pero diciembre es especial. Es un mes de hacer balances, un mes de entender realmente quienes elegimos ser en el año y un mes de tomar decisiones difíciles. En términos literarios, es el momento en el cual leemos el borrador final de lo que hicimos y nos encontramos con el resultado de nuestro trabajo. Me pareció importante mandar una edición especial de este newsletter y aplicar uno de mis mayores aprendizajes de este año: la materia está primero. Mi materia, mi cuerpo, es más importante que mantener promesas que hice cuando no estaba cansada. Por eso, elijo mandarles el newsletter hoy y tomarme vacaciones de todo lo relacionado a mi trabajo hasta enero.
Hoy les voy a hablar de todo este 2021. De los aprendizajes, de las inspiraciones y de lo que espero que podamos ser el año que viene.
En nuestros talleres de Terapia Creativa dedicamos el mes de diciembre a trabajar todas estas cosas y las secciones que leen a continuación son descargas de lo que cada encuentro dejó. Porque no existo en el vacío, y ustedes tampoco, voy a compartirles un poco de lo que fue todo nuestro mundo este año.
Bienvenidos.
¿Querés conocer nuestra casa vieja y leer los newsletters anteriores? Pasá por acá. ¿Querés enterarte de todas las novedades de este espacio? Este es el lugar.
Aprendizajes
En la primera clase de diciembre hablamos sobre lo que aprendimos en el año. Tres grupos diferentes, caminos separados, y un mismo sentimiento: aprendimos mucho pero no todo.
Estoy pensando, mientras escribo esto, por qué todos los grupos se volcaron a los aprendizajes humanos, dejando de lado los aprendizajes literarios. A la hora de planificar la clase, decidí presentar ejemplos personales de ambas cosas. A saber: en 2021, yo, Juana, aprendí que las metáforas mal usadas dan vergüenza ajena y que la militancia puede aparecer en la ficción a través de una historia y no como un discurso académico. En 2021, yo, Juana, aprendí que puedo dar un paso al costado, ceder responsabilidades, y permitir así que el mundo siga girando desde el lugar de la sincronía y no desde el control. Quise que mis alumnos sintieran que podían expresar qué habían aprendido en todos los aspectos que sintieran pertinentes, haciendo énfasis en el costado literario porque somos, después de todo, un taller de escritura. Sin embargo, exceptuando algunos comentarios, todos eligieron hacer énfasis en lo que habían aprendido en el plano personal.
Me gusta anotar esta como una de las últimas lecciones del año esta, que decantó después de tres encuentros: el mayor deseo de un escritor no es aprender a escribir mejor. El escritor escribe para aprender a vivir, para que cueste cada vez menos la existencia. El escritor no quiere tener las mejores metáforas, el suspenso más tenso. El escritor sabe que nunca se escribe del todo bien, pero se puede aprender a vivir en paz, haciendo así que la excelencia no importe. Mis escritores quieren, ante todo, aprender a transitar su vida, ser sus propios protagonistas, completar su arco narrativo.
Varios puntos en común aparecieron en los tres encuentros: dejar atrás la necesidad de control, desligarse de responsabilidades ajenas, abrazar su intensidad. Hay una cosa en particular que quiero decir, porque me sirve a mí y quizás le sirve al resto. Los aprendizajes anuales no son materias de la escuela. No podemos sentirnos realizados porque rendimos con 10 la prueba sobre pensamiento científico, sabiendo que nunca más vamos a tener que aplicar la teoría. Los aprendizajes anuales son un poco como las etapas de Piaget para todos los que estudian cosas relacionadas al lenguaje o la pedagogía. Podés aprenderlas, pero frente a cada parcial vas a tener que volver a estudiarlas. La única forma de desligarte de ellas es terminando la carrera, y ni siquiera esto es una liberación completa. The only way out is through. El aprendizaje se da en el proceso, metidos en el barro, y del barro quizás no salgamos nunca.
Piensen en cualquier libro que respeten que tenga como punto central el proceso evolutivo de un personaje. Hablemos de un clásico: Harry Potter. ¿Acaso a Harry le alcanzó con transitar una lección una sola vez? No, tuvo que pasarse siete libros volviendo a estudiar eso que la vida quería que aprendiera. Si ustedes, como la mayoría de mis alumnos, tienen entre 18 y 35 años, entonces están enfrascados en el ciclo lectivo más fuerte de su existencia. La lección va a aparecer año tras año, a través de diferentes maestros. Quizás en el futuro terminemos de graduarnos, pero el ser humano nunca deja de querer aprender, o por lo menos eso pasa con los seres humanos que leen un newsletter como este. Es imposible evolucionar sin volver siempre para atrás, aprendiendo una y otra vez lo mismo.
En resumen, tómense un momento para anotar todo lo que aprendieron en 2021 y prepárense para profundizar esos conocimientos el año que viene. Les dejo, antes de seguir en la próxima sección, algo que dijo Lu Cabral, una de nuestras señoritas de los sábados:
“Son importantes los espacios en los que nos sentimos parte. Desde que me uní a terapia creativa me siento menos perdida y menos sola. Está bueno dejarse conocer.”
Aquí van mis recomendaciones:
Algo para leer: me cuesta bastante pensar en qué recomendar de todo este año maravilloso en el que leí bastante y me sorprendí aún más. Más me cuesta recomendar algo que no se haya recomendado antes, pero elegí caer en mi fiel lista de libros que he leído este año. Estos son, sin orden ni explicación, los mejores libros que leí:
Wintering – Katherine May
The Seven Spiritual Laws of Success – Deepak Chopra
Hold Your Own – Kae Tempest
Las primas - Aurora Venturini
The Opposite of Loneliness - Marina Keegan
Poesía completa - Alejandra Pizarnik
Deja de decir mentiras - Philippe Besson
Someone Who Will Love You In All Your Damaged Glory - Raphael Bob Waksberg
El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes - Tatiana Tibuleac
The Girls - Emma Cline
La ridícula idea de no volver a verte - Rosa Montero
Matar al padre - Amélie Nothomb
Modern Romance - Aziz Ansari
La elegancia del erizo - Muriel BarberyAlgo para ver: no soy una mujer de cine. Me encantan las películas, pero no se puede hacer todo, y yo priorizo leer, entonces dejo que el séptimo arte me pase por encima. Son decisiones, y lo cuento acá para que sepan que detrás de alguien que dice que leyó cien libros en un año (no es mi caso, tranquilos) siempre hay alguien que quizás solo vio dos películas, una de ellas siendo Home Alone en navidad. Pero hubo algo que vi este año, algo que me hizo feliz y me emocionó, algo que me enseñó mucho sobre cómo escribir diálogos (spoiler: los mejores no pueden ser escritos, tienen que ser dichos y actuados). Le Rayon vert de Éric Rohmer es una película que me recomendaron mis padres hace muchos años, pero que no vi hasta este año gracias a Beludrome. Creo que ella es mejor que yo escribiendo reseñas de películas, así que recomiendo que lean su newsletter, pero me toca decir algunas palabras a mí y esas son las que realmente sentí en el alma mirando esta película. El anhelo de amar es casi tan doloroso como el desamor. La ausencia se siente en las palabras ajenas, en la fe que se te escurre pero nunca se va. Puede durar meses, incluso años, y por momentos se hace más llevadero pero nunca deja de molestar. Y a veces, si tenemos suerte, aparece algo que nos hace confiar en que ese rayo verde va a aparecer, contra todo pronóstico.
Algo para escuchar:
Mi canción favorita de este año, y quizás de muchos de mis años, es La ritournelle, de Sébastien Tellier. Ya hablé de ella en otro newsletter, pero pasan los meses y me sigue atravesando algo de esta canción maravillosa. En un año en el que caí en el error común de sentirme en suspenso, esta canción me devolvió a la vida, me hizo entender que importa cada paso que doy, importa cada día que elijo vivir. Como inspiración me quedo con su coraje de sonar por siete minutos y cantar recién a los cinco, rompiendo así con la percepción de que hay cosas que pueden o no hacerse. No hay mucho más que decir sobre ella, pero si pueden dense el regalo de escucharla.
Algo para escuchar bis: después de un año y medio de producciones, grabaciones, trabajo de dirección, trabajo de edición y miles de etcéteras más, tenemos nuestro podcast narrativo. Varias temporadas, escritores talentosos, un equipo soñado. Hoy salió Ritual, de Caro Cazes, y pueden escucharlo por acá:
Algo para que sean parte de nuestra comunidad: desde diciembre tenemos un Patreon, un lugar donde podemos interactuar, compartir lo que escribirnos y apoyarnos sin importar el lugar en el que estemos. ¿Qué es Patreon? Una plataforma mediante la cual los patreons (ustedes) pueden apoyar creativos (nosotros) y llevarse muchas cosas a cambio: invitaciones al club de lectura, descuentos en nuestros talleres, matches con compañeros creativos, un board de clasificados para exponer sus proyectos, consignas optativas semanales, un campamento virtual de escritores y mucho mucho más! Lo más lindo que tiene Patreon es que nos permite generar una comunidad de gente que piensa y siente la escritura de la misma manera que nosotros.
A continuación, 5 razones por las que tienen que dejar de dudar y sumarse a este espacio:
1) Es un lugar que te da todo y te exige nada. No hay forma de atrasarse, porque está diseñado para proveer herramientas que cada uno aplique a su ritmo y desde su comodidad.
2) Si te asusta no poder pagar en pesos, tranqui. Te sale lo mismo o menos que ir al gimnasio, incluso considerando los impuestos a moneda extranjera, y te llevás contenidos recolectados en Inglaterra en talleres, encuentros y seminarios que salen 10 veces más que tu membresía.
3) Hace 10 años que doy clases y preparo contenidos. Hace mucho más que le pongo el cuerpo al arte. Quizás no sea quien más sabe de literatura, pero sé enseñar y, sobre todo, sé como rescatar escritores que sufren. ¿Por qué? Porque sé lo que necesité cuando fui yo quien sufría.
4) Independientemente de qué te guste leer y escribir, vas a poder usar las herramientas planteadas a tu favor. No nos interesa bajar línea, queremos ser los aliados de tus proyectos. Ficción, ensayos, cartas, poesías, canciones, lo que te guste escribir será bien recibido.
5) Somos una comunidad, un espacio de encuentro, una familia. Hace casi dos años que elegimos transitar la escritura juntos porque nos une el sentimiento de querer hacer algo con nuestras inquietudes. Si te sumás, vas a llevarte más que palabras. También vas a llevarte amigos.
Si tienen cualquier duda sobre este espacio, pueden explayarse contestando este correo y serán respondidas. Espero que el 2022 nos encuentre juntos, escribiendo para salvarnos. Pueden sumarse a Patreon acá.
Inspiraciones
Sí, el universo conspira a la vacuidad, las almas perdidas lloran la belleza, la insignificancia nos rodea. Entonces, tomemos una taza de té. Se hace el silencio, fuera se oye soplar el viento, crujen las hojas de otoño y levantan el vuelo, el gato duerme, bañado en una cálida luz. Y, en cada sorbo, el tiempo se sublima.
La elegancia del erizo - Muriel Barbery
Después de debatir sobre inspiraciones con los chicos de Terapia Creativa, me toca hacer el debrief de lo que se conversó en las diferentes clases.
Algo que caracteriza nuestro espacio y que me gustaría que también los caracterizara a ustedes es la honestidad con la cual se defienden los gustos. Cuando decimos que democratizamos la escritura, no queremos decir que vamos a debatir siempre lo mismo, que vamos a elegir contenidos que no nos desafíen. Lo que queremos decir es que en nuestros espacios todo gusto es bienvenido mientras parta del disfrute. Es importante esta última apreciación, porque define la vara con la que medimos las cosas. Más allá de lo que digan los medios, los críticos y esos escritores que admiramos, lo que más nos importa a nosotros es la conexión, el puente entre lo trascendental y el alma. No importa qué cosa los haga tocar el mundo, importa que encuentren una pulsión de vida en una época en la que el alma parece ir despedazándose mes a mes.
No sé qué cosa les gusta a ustedes, pero quiero decirles que me encanta que esa cosa les guste tanto. Me encanta saber que hay personas allá afuera sintiéndose felices porque una canción suena como su primavera, porque su equipo de fútbol metió un gol, porque el merengue de la torta tiene la consistencia perfecta. Me encanta saber que hay personas que desean cosas ambiciosas y que ese deseo es tan fuerte que no les queda otra que salir al mundo a conseguirlas. Me encanta saber que algunos les alcanza con dormir una siesta, mirar una mariposa, tomarse un mate, comprarse un sombrero. Me gusta que algunos tengan gustos tan concretos y otros tan abstractos. Me encanta saber que todos los planos de la materia pueden resonar en el alma de alguien. Eso hace que las cosas tengan sentido. Hace que haya más posibilidades de que algo golpee en el corazón ajeno y lo empuje a luchar por pelearla en este plano terrenal que a veces duele tanto.
La inspiración es, para mí, eso que dispara la pólvora dormida y enciende el alma. Cualquier cosa puede encendernos, y luchar contra ese interruptor es lo que impide que nos mantengamos dormidos. Abracen su inspiración, sea cual sea. Abrácenla y compártanla. Háganla su bandera. Que flamee en alto y le recuerde al mundo que ustedes están vivos, que le ganan a la angustia, que aprendieron a tocar el tapiz del mundo.
Si se suman al taller de Terapia Creativa para escritores van a:
trabajar sus miedos en un ambiente seguro, mejorar sus técnicas de escritura, ser parte de proyectos en grupo, poder participar del mundialito regional de escritura entre compañeros para ganarse un lugar y mostrar sus trabajos en este newsletter.
Si quieren probar este taller, tienen un 30% de descuento. Pueden sumarse al grupo de los martes a las 15:30, los jueves a las 8 am o los sábados a las 10 am. Encuentran más info acá y reservan su lugar escribiéndonos a todonuestro.todosuyo@gmail.com.
Metas y deseos
Me parece importante cerrar este newsletter compartiendo mi forma de saltar hacia el próximo año. Siempre fui excelente planificando. Me cuesta llevar a cabo mis planes, claro, pero la planificación me sale hermosamente bien. El problema es que cuando planifico me convierto en directora de mi propia vida. No directora de orquesta, directora de escuela. Como concepto, esto es terrible. Más allá de que yo particularmente quise mucho a mis jefas, en general no hay nada peor que una directora de escuela. Son personas que hace años no pisan un aula y recuerdan lo difícil que es dar lo mejor de uno, solo gritan objetivos y aparecen seis meses después a retarte porque no los estás cumpliendo. No ayudan, no acompañan. Yo, mis queridos amigos, he sido muchos años mi propia directora de escuela. He planteado metas inalcanzables, he impuesto objetivos que no se alineaban con lo que realmente me importa y, lo que es más importante, dejé que mi pobre artista interior lidiara con todo eso sin ayuda.
No quiero ser más la directora de escuela de mi vida, quiero ser la seño buena. Quiero ser la que está en el salón a cada paso, acompañando con paciencia a la niña que todavía habita en mí, mostrándole cómo puede aprender a vivir. Quiero que mis metas salgan del deseo, del propósito. Quiero aprender a diferenciar un objetivo (algo que depende de mí), del deseo (algo que depende de circunstancias externas), del juego (algo que hago porque quiero, que quizás ni siquiera necesito planificar). Quiero que el 2022 me traiga paciencia, amor incondicional a la historia que me toca vivir, validación propia a mi forma de hacer las cosas.
Mi recomendación es que hagan una tabla con tres columnas y anoten por un lado sus objetivos (en mi caso, lanzar un proyecto para que más escritores puedan mostrar sus cuentos), por el otro los deseos (viajar a Argentina de visita) y por último los momentos lúdicos (anotarme en natación).
Háganlo con amor, con compasión y ternura. Y ojalá el 2022 les traiga sorpresas maravillosas y compañías fieles para los momentos difíciles.
¿Te gustaría participar de nuestros talleres pero no te coinciden los horarios? Sumate a nuestros talleres grabados. Te ofrecemos tres opciones:
La Hoja en Blanco, la herramienta que va a sacarlos del bloqueo creativo y va a empujarlos de lleno a la escritura.
La Factoría de Historias, un curso express de ficción que te va a llevar de la mano a través de la inspiración, la escritura y la edición, para que escribas un cuento y disfrutes cada parada en el camino.
El Semillero, cuatro encuentros grabados para hacer a tu tiempo en la comodidad de tu hogar. Podés ver ejemplos de qué cosas enseñamos en el taller en estas historias destacadas.
Más info de todos estos talleres por acá.
Hasta el año que viene
Me despido así de ustedes, de este año, de todo lo que soy hoy antes de convertirme en la que seré mañana. Este ha sido el mejor año de mi vida y también el más difícil. Algunos de ustedes saben por qué, otros lo suponen, otros no tienen idea. Yo siempre digo que los personajes pasan por un arco narrativo que tiene varios momentos de lucidez, seguidos de crisis por no tener las armas para cambiar el camino. Eso me pasó este año. Supe que había cosas que estaban mal en mi forma de encarar mi vida, intenté cambiarlas, pero creo que recién a fin de año entendí cómo podía hacerlo.
Hay algo que quiero dejar antes de irme. Mi deseo para este 2022 es que tengamos más guisos de lentejas. Sí, guisos de lentejas. ¿Vieron que es un plato riquísimo pero sale mal en la foto? ¿Vieron que es algo que nos hace felices cada invierno, a pesar de que no podamos convertirlo en una fuente de exposición y validación? Bueno, deseo de todo corazón que todos vivamos más cosas que se parezcan a un guiso de lenteja, que veamos la felicidad en lo que no le importa a nadie más que a nosotros.
Por último, una moraleja: hace ya varios días decidí rendirme por un tiempo y dejar de apostar a la escritura de ficción. Me di espacio, colgué mi novela, guardé mis cuentos. Mi alma no soportaba más rechazos. Hoy, mientras escribía esto, recibí el anuncio de que uno de mis cuentos está pasó la primera etapa de selección en una competencia en la que ni siquiera me acordaba haber participado. No hay algo más claro entonces que esta representación de que a veces encontramos el éxito cuando aceptamos la posibilidad del fracaso. Parece a propósito, pero es real: la vida es narrativa también.
Si tuviera que decirles algo, es gracias. Gracias por ser personas que leen en un mundo colonizado por algoritmos. Gracias por elegir leer mis palabras. Gracias por confiar en que tengo algo para decir. Gracias por seguir yendo para adelante cuando a veces (muchas) el mundo nos tire para atrás.
Como artistas es importante saber decir y saber callar. No creo que me quede mucho más para decir en 2021, así me abrazo al silencio.
Si quieren sumarse a nuestro Patreon, todavía pueden acceder a dos semanas de consignas y disparadores para convertir todo el caos que es este diciembre en arte. Además, en enero tendremos nuestro primer campamento de escritores, que puede ser una linda forma de empezar el año. Averiguan más haciendo click acá o contestando este mail.
Si no los veo en los talleres, en Patreon o en el newsletter semanal, les mando un abrazo muy grande hasta el año que viene.
Con el amor de siempre, que es profundo,
Juani