There can be a hundred people in the room
Una lección sobre perseverancia e intuición
Estoy escribiendo esto mientras miro por un ventanal que da a una calle de esas que uno imagina cuando imagina Londres. Estoy rodeada de libros en cajas, con la espalda doblada mientras tipeo esto sentada en el piso con la computadora apoyada en una silla. El glamour no lo abarca todo.