Considerate interesante
Sobre apropiarse de historias ajenas, los límites que cruzamos en busca del prestigio y por qué la validación artística nunca será suficiente.
Ya no me interesa democratizar la escritura, quiero volver a sacralizarla. Que sea un lenguaje de fe, un espacio de conexión con algo más importante que nosotros mismos y nuestro prestigio. Porque ya no alcanza con ir por la vida diciendo que cualquiera que escriba puede sentirse escritor. Hay que empezar a decir que hacer la distinción no importa. Tenemos que convencernos de que la obsesión por los títulos y los motes es algo de mal gusto. Es urgente dejar de cuestionarnos qué somos y volver a conectar con lo que hacemos.