Historias de amor jamás contadas
Muéstrame quién te ama, y te diré cuán fantástica eres
La sociedad actual nos impulsa a abrirnos y regalarle nuestros pedazos a la audiencia, y solo aquellos que cuidan su privacidad recelosamente por timidez, trauma o vértigo logran escaparle al impulso automático de contarlo todo. Cuando le abrimos la puerta de nuestro refugio al mundo y vemos a nuestra historia siendo manoseada por desconocidos, elegimos concentrarnos en los ecos positivos, y esto nos invita a compartir más, entregar más. Nos dicen que lo que se vuelca en internet deja de ser tuyo para siempre, pero nos cuesta dimensionarlo. Nos cuesta entender hasta qué punto estamos regalándole lo mejor de nosotros a incontables extraños. Nos cuesta reconocer que dejamos de ver nuestra propia vida con nuestros ojos, que ahora existe alguien adentro nuestro que analiza y juzga cada uno de nuestros movimientos, que nos acostumbramos tanto a existir en el mundo digital que ocupamos ese rol incluso cuando nadie nos está filmando.