Uff lo identificada que me sentí con esta columna! Desde hace meses estoy obsesionada con esto nivel una hater de tuiter que no sé quién es pero anda siempre tirando hate a gente de la vuelta un día me respondió "Estas obsesionada con tema hijos. Que pesada, por favor" y no le respondí pero de haberlo hecho le hubiera dicho LA VERDAD QUE SÍ. Pasé unos meses no aceptando que yo re quería hijos y la razón por la que en un momento decidí que mejor no quería era en realidad porque sentía que no iba a pasar entonces era mejor matar ese deseo.
Ahora el deseo revivió pero tampoco quiero ya, pero tampoco quiero dentro de mucho porque no quiero ser demasiado grande.
Y algo que no mencionaste acá y que me da curiosidad saber si está en tus pensamientos es lo de ser madre migrante. Es decir, para empezar, lo más probable es que tengas a tus hijos lejos de tu mamá.
Yo pienso mucho en eso por un lado. Y por otro lado: si todo sale bien, lo más duro es eso, la distancia con mi familia, pero qué pasa si eventualmente algo no sale del todo bien y nos separamos? Estoy atada para siempre a estar acá porque una cosa es la pareja, y otra es que no quisiera separar a mi(s) hijx(s) de su padre. Este pensamiento me destruye así que intento no pensarlo mucho, pero hay que ser realista.
Sí, yo pienso mucho en todo lo que es ser madre lejos de casa. Creo que la única manera de encarar las cosas es tomando los recaudos por si las cosas salen mal pero desear que salgan bien, y finalmente accionar con ese optimismo en la cabeza. Una sabe con quién está. Uno no puede hacer promesas con respecto a una relación pero sí alrededor de una familia. Para mí en el momento en el que tomás la decisión de tener hijos en un país, sobre todo si un padre es local, esos hijos le pertenecen a ese lugar, y las charlas de dónde vivir se terminan. Y le corresponde a una entender la vida propia desde ese lente y no andar pensando "uh, si tan solo estuviera mi mamá cerca para cuidarmelos" o cosas así. Y si después la pareja se rompe, del otro lado también tiene que haber una renuncia a cuidarse solo. O sea, lo que quiero decir es que por lo menos mi manera de imaginarme teniendo hijos es plantear la formación de una familia que seguirá siendo familia incluso si la pareja se rompe. Yo prometeré que mi lugar para tener hijos es ese, y mi pareja prometerá que me va a cuidar y apoyar incluso si no somos pareja. Obvio en el medio todo puede salir mal. Las relaciones largas son incontrolables. Puede cagarme, puedo cagarlo yo, uno de los dos se puede morir o quedar paralítico y eso ya cambia todo, pero si yo fuera a tener hijos los haría planteándolo desde un principio como la formación de una familia, y las familias se cuidan, se apoyan, se sostienen, y tener eso en la cabeza creo que moldea muchas decisiones.
Con respecto a tener a mi familia lejos, es difícil, pero es algo que entendí desde el día que me fui. Cualquier decisión duradera y seria que tome en este país me va a alejar más y más del mío. Y es injusto y a la vez es lo que elegí y creo que llega un punto en el que ya no pienso en todo lo que pierdo porque eso me impide conectarme con lo que gano. Personalmente a mí me tranquiliza bastante saber que en este país mis hijos tendrían familia por parte de mi novio, y quizás podamos ser de esas familias que se van a pasar tres meses a Argentina en verano para que el contacto con mi familia no se pierda.
Lo que he visto mucho por acá es gente que recién cuando tiene hijos se da cuenta de lo que eso implica. Se sorprenden de lo solos que se sienten y pelean un poco por volverse a sus países cuando no es posible. Viven un poco en una realidad paralela, porque idealizan lo que sería volver y odian todo lo que no funciona del lugar donde están. Por eso adhiero con que hay que ser realistas. Pero yo creo que es más importante ser realista con lo que uno sí puede controlar. El sistema educativo de un país, cómo viven los niños, de qué forma se organizarían los tiempos como familia, cuál sería la calidad de vida en un lugar. La balanza va a terminar siempre pesando más de un lado que del otro, y eso ya te da una pauta de cuál decisión podés tomar. Hay pros y contras en todos lados. Tener hijos o no tenerlos, tenerlos en un lugar o el otro. Qué se yo. Yo siempre me incliné más para el lado de lo que me hace feliz y me puede salir bien, incluso si hay posibilidades de que salga mal. Tener hijos fuera de tu país es terrible pero si realmente querés y podés tener hijos más terrible me parece no tenerlos para ahorrarte ese sufrimiento de estar lejos siendo madre. En finnnnn
Uff lo identificada que me sentí con esta columna! Desde hace meses estoy obsesionada con esto nivel una hater de tuiter que no sé quién es pero anda siempre tirando hate a gente de la vuelta un día me respondió "Estas obsesionada con tema hijos. Que pesada, por favor" y no le respondí pero de haberlo hecho le hubiera dicho LA VERDAD QUE SÍ. Pasé unos meses no aceptando que yo re quería hijos y la razón por la que en un momento decidí que mejor no quería era en realidad porque sentía que no iba a pasar entonces era mejor matar ese deseo.
Ahora el deseo revivió pero tampoco quiero ya, pero tampoco quiero dentro de mucho porque no quiero ser demasiado grande.
Y algo que no mencionaste acá y que me da curiosidad saber si está en tus pensamientos es lo de ser madre migrante. Es decir, para empezar, lo más probable es que tengas a tus hijos lejos de tu mamá.
Yo pienso mucho en eso por un lado. Y por otro lado: si todo sale bien, lo más duro es eso, la distancia con mi familia, pero qué pasa si eventualmente algo no sale del todo bien y nos separamos? Estoy atada para siempre a estar acá porque una cosa es la pareja, y otra es que no quisiera separar a mi(s) hijx(s) de su padre. Este pensamiento me destruye así que intento no pensarlo mucho, pero hay que ser realista.
Sí, yo pienso mucho en todo lo que es ser madre lejos de casa. Creo que la única manera de encarar las cosas es tomando los recaudos por si las cosas salen mal pero desear que salgan bien, y finalmente accionar con ese optimismo en la cabeza. Una sabe con quién está. Uno no puede hacer promesas con respecto a una relación pero sí alrededor de una familia. Para mí en el momento en el que tomás la decisión de tener hijos en un país, sobre todo si un padre es local, esos hijos le pertenecen a ese lugar, y las charlas de dónde vivir se terminan. Y le corresponde a una entender la vida propia desde ese lente y no andar pensando "uh, si tan solo estuviera mi mamá cerca para cuidarmelos" o cosas así. Y si después la pareja se rompe, del otro lado también tiene que haber una renuncia a cuidarse solo. O sea, lo que quiero decir es que por lo menos mi manera de imaginarme teniendo hijos es plantear la formación de una familia que seguirá siendo familia incluso si la pareja se rompe. Yo prometeré que mi lugar para tener hijos es ese, y mi pareja prometerá que me va a cuidar y apoyar incluso si no somos pareja. Obvio en el medio todo puede salir mal. Las relaciones largas son incontrolables. Puede cagarme, puedo cagarlo yo, uno de los dos se puede morir o quedar paralítico y eso ya cambia todo, pero si yo fuera a tener hijos los haría planteándolo desde un principio como la formación de una familia, y las familias se cuidan, se apoyan, se sostienen, y tener eso en la cabeza creo que moldea muchas decisiones.
Con respecto a tener a mi familia lejos, es difícil, pero es algo que entendí desde el día que me fui. Cualquier decisión duradera y seria que tome en este país me va a alejar más y más del mío. Y es injusto y a la vez es lo que elegí y creo que llega un punto en el que ya no pienso en todo lo que pierdo porque eso me impide conectarme con lo que gano. Personalmente a mí me tranquiliza bastante saber que en este país mis hijos tendrían familia por parte de mi novio, y quizás podamos ser de esas familias que se van a pasar tres meses a Argentina en verano para que el contacto con mi familia no se pierda.
Lo que he visto mucho por acá es gente que recién cuando tiene hijos se da cuenta de lo que eso implica. Se sorprenden de lo solos que se sienten y pelean un poco por volverse a sus países cuando no es posible. Viven un poco en una realidad paralela, porque idealizan lo que sería volver y odian todo lo que no funciona del lugar donde están. Por eso adhiero con que hay que ser realistas. Pero yo creo que es más importante ser realista con lo que uno sí puede controlar. El sistema educativo de un país, cómo viven los niños, de qué forma se organizarían los tiempos como familia, cuál sería la calidad de vida en un lugar. La balanza va a terminar siempre pesando más de un lado que del otro, y eso ya te da una pauta de cuál decisión podés tomar. Hay pros y contras en todos lados. Tener hijos o no tenerlos, tenerlos en un lugar o el otro. Qué se yo. Yo siempre me incliné más para el lado de lo que me hace feliz y me puede salir bien, incluso si hay posibilidades de que salga mal. Tener hijos fuera de tu país es terrible pero si realmente querés y podés tener hijos más terrible me parece no tenerlos para ahorrarte ese sufrimiento de estar lejos siendo madre. En finnnnn